Han pasado ya unos años desde que fue la última entrega de Superdetective en Hollywood, Beverly Hills Cop, en su idioma original. La tercera parte de los 90’s no fue muy bien recibida ni considerada por el público, pero treinta años más tarde Axel Foley está de vuelta de la mano de Netflix, el gran Jerry Bruckheimer y con el mismísimo Eddie Murphy en la producción.
El filme nos presenta a un héroe de los 80’s en un mundo actual. Un dinosaurio en extinción en una ciudad en la que los problemas ya no se resuelven destrozándola. Durante mucha parte del filme se le hace mención a la «manera de trabajar» de la policía años atrás. Una manera que dista mucho de la realidad, pero que caló en el público en el género de acción de antaño, en una época en la que los más duros del cuerpo policial hacían gala de su chulería, de frases lapidarias, de violencia, de métodos poco ortodoxos, pero siempre ganando el protagonista.
El mundo ha evolucionado. Axel Foley lo sabe, y el director, un novato Mark Molloy, nos lo muestra mientras Foley va en coche paseando por Beverly Hills contemplando con entusiasmo a sus habitantes. Está feliz. Es un dinosaurio en un mundo al que no pertenece, pero lo disfruta, lo adora, y se fusiona con él a modo de espectador.
A Murphy lo acompañan las viejas caras de siempre, con la incorporación de Joseph Gordon-Levitt a modo de modelo burocrático y de enlace entre las leyes actuales y las propias de Foley. Gordon-Levitt es sobre quien mayormente recae la acción en la película. Aunque la saga no es famosa por su elevado número de muertes, su kill count supera al de Murphy, y además son mucho más espectaculares dentro de lo que cabe. Gordon-Levitt es un actor que siempre me ha caído bien, con grandes películas a su espalda, como Origen, El caballero oscuro, y la gran Looper, entre otras, pero aquí no lo veo en su salsa, sin dar todo su potencial.
Como trama, nos encontramos con la típica desaparición y búsqueda. Muy predecible, pero disfrutable por las diversas situaciones cómicas que nos van dejando los protagonistas. Taylour Paige interpreta a la hija de Foley con un personaje bastante creíble en su rol. Se nota la química entre ambos en los buenos momentos. Mención especial para Kevin Bacon haciendo de Kevin Bacon en un papel que podría haber dado más de sí en lo que a suspense se refiere.
Persecuciones, malos muy malos, un tiroteo en plena calle muy bien rodado, pero con una bajada de nivel hasta el tramo final, y por desgracia, no vuelve a subir. Con un principio espectacular con unas escenas de acción bastante buenas de por medio, uno se espera un último acto a la altura, y ese es posiblemente el punto flaco de la película. Lo tenía todo a su favor. Los enemigos, la localización, y termina apostando por lo directo y fácil. Como he dicho antes, la saga no es famosa por su kill count, pero esta película se lo merecía.
En líneas generales es muy disfrutable, excepto por mis propias fantasías a modo de chanfaina final. Una película que me ha mantendio con una sonrisa casi durante sus dos horas de duración y que no dudaré en ver cuando toque maratón de Beverly Hills. Si eres un dinosaurio como yo, posiblemente la disfrutes, y si es tu primera vez en Beverly Hills, te recomiendo que veas las clásicas.
Una cosa es segura. Os guste o no, los 80’s están de vuelta.
Por @javi_cine