¡Oh oh oh, feliz Navidad!
Santa Claus (Mel Gibson), o también conocido como Chris, está en crisis. El negocio de los juguetes no va bien y tiene que aceptar a regañadientes un contrato del ejercito USA. Pero si esto no fuera suficiente, un niño de 12 años, llamado Billy Wenan, acaba de contratar a un asesino a sueldo (Walton Goggins) para que lo mate, tras regalarle carbón en las últimas navidades.
Esta es la disparatada premisa que firma y dirigen Eshom Nelms y Ian Nelms. A priori, podría sonar a comedia gamberra, o cierto toque mordaz, tipo Kick-ass, pero sus intenciones son muy diferentes. Por un lado quieren mostrar el cambio de la sociedad con respecto a unas fiestas tan consumistas, y por otro, criticar a los niños de hoy en día, imposibles de contentar con cualquier cosa.
Aunque se podría haber apostado por un aire de cuento, o cierto cuento surrealista (a directores como Tim Burton está historia le vendría como anillo al dedo), la idea de los directores apuesta por un tono más realista. Como si Santa fuese un pequeño empresario, es más, se aplaude que todo lo relacionado con estas fiestas se dan de pasada (ver por ejemplo como el reparto de regalos de Chris).
En cuanto a la acción y violencia llega en su tercer tercio. Que nadie se espere una explosión de sangre, tiros y vísceras, aunque la que hay no está mal. En cuanto al protagonista de Braveheart, interpreta a un tipo desencantado con su trabajo, fiel esposo y devorador de galletas que le queda bien para el tono de la cinta. Marianne Jean-Baptiste (Sin Rastro, Spy Game) es Ruth, la paciente esposa de Santa. Tampoco olvidar a Goggins (Los odiosos ocho, Justified), con un papel de un asesino sin nombre, obsesionado con Santa. Y cerrando el reparto, tenemos a Chance Hurstfield, el autentico villano de la función, encarnado a un niño mal criado más cercano a un político corrupto que a un joven infante.
Con todo esto, Matar a Santa es una cinta rara, experimental y parece que se ha quedado a medias (o eso parece la intención de sus creadores). No es una historia de risa fácil, pero sus 100 minutos de duración se te pasarán volando por lo disparatado que puede resultar todo.
Por @ged_spy