Yo elijo con quién beber.
Walter Hill es uno de esos grandes directores de cine de acción clásico. Todo un artesano al que le debemos grandes filmes como The Warriors o Límite 48 horas entre otras grandes cintas de acción. A mitad de los 80, había demostrado su solvencia en la taquilla para que la Carolco (mítica productora de los 80 y 90 que se fue a pique por La isla de las cabezas cortadas), bajo la producción de Mario Kassar y Andrew G. Vajna, le dieran un cheque para producir su siguiente filme tras la más que interesante Cruce de caminos (aquella especie de Karate Kid del blues).
En Traición sin límites, un grupo de exsoldados tienen que robar un banco de Texas para recuperar una valiosa información sobre un peligroso traficante de drogas. En todo esto un duro muy duro, interpretado por un impasible Nick Nolte (Límite: 48 horas, El cabo del miedo), tiene una cuenta pendiente con dicho traficante, no sólo en lo profesional, sino también en lo personal.
La trama le sirve a Hill para tratar todos los temas que siempre le interesan en sus filmes, como la amistad o la traición. Todo ello rodeado de tipos duros, chicas bellas y peligrosas, tiroteos, violencia y sangre (atentos al momento que Nolte le revienta el pie a un matón), enmarcado en un western moderno. El filme es un homenaje al western más clásico y sobre todo a la obra de Sam Peckinpah y a su Grupo Salvaje. El cual, tiene un clímax final que trata de imitar, al que le falta algo de épica.
Le falla el desarrollo de los personajes, da la sensación que tenemos dos pelis en una. Por un lado, la historia de amistad entre el héroe y el villano, mientras que por otra tenemos la del comando especial. Hill sale más o menos airoso del trabajo, al que le acompaña la banda sonora del maestro Jerry Goldsmith, con algunos temas compuestos por el interesante Ry Cooder (habitual del director de El último hombre).
Al protagonista de Hombre rico, hombre pobre le acompaña un reparto espectacular de caras muy conocidas. El villano de la función es interpretado por Powers Boothe (Rapid fire, Sin city). En el comando tenemos a Michael Ironside (Desafío total), William Forsythe (La Roca) o Clancy Brown (Kurgan de Los Inmortales). El interés amoroso es María Conchita Alonso (McBain o Perseguido), mientras que cierra el reparto Rip Torn (Hombres de negro) y Tommy ‘Tiny’ Lister (El quinto elemento, Jackie Brown).
La cinta no es perfecta, pero sin duda hay que reivindicar. Con todo esto, Traición sin limites es un filme estupendo para recuperar y sobre todo disfrutar.
Por @ged_joe