Antes de empezar la reseña sobre Dark City he de advertir que parte del encanto de esta película se basa en el desconocimiento absoluto por parte del público, ya que en el año 1998, fecha de su estreno, no habían medios sociales dedicados a destripar películas a pocas horas de su estreno, por lo tanto, recomiendo verla antes de seguir leyendo. Así que si no recuerdas Shell Beach, no sigas leyendo.
Dirigida por Alex Proyas, quien también colaboró en el guión, y protagonizada por Rufus Sewell, Kiefer Sutherland y Jennifer Conelly estamos ante una película que al poco tiempo de su estreno se convirtió en absoluto culto. Dark City es oscura, con cierto paralelismo a The Crow, también dirigida por Proyas, con una estética oscura, repleta de maquetas, aunque el toque artesanal se traslada a lo más digital en su batalla final.
La trama te engancha desde el primer minuto. Sewell interpreta a John Murdoch, un hombre que se despierta en el peor de los escenarios posibles y con amnesia. En su viaje lo acompañan Jennifer Conelly, y William Hurt, y juntos parten con una única premisa: viajar a Shell Beach, pero los hombres de negro no se lo pondrán fácil. Los encargados de darle ritmo a la película fueron además del propio Proyas, Lem Dobbs, escritor de Tras el corazón verde, The score, e Indomable, y David S. Goyer, escritor de películas como Libertad para morir, Kickboxer II, El cuervo: Ciudad de ángeles, la trilogía de Blade, Batman de Nolan, Batman vs Superman, y que actualmente trabaja en el reborn de Masters of the Universe, por lo que se puede deducir que gran parte del tomo oscuro y gótico es del propio Goyer, aderezado por una de las mejores bandas sonoras de la época compuesta por Trevor Jones.
Dark City es una obra de arte amada por unos e incomprendida por otros, un fracaso en taquilla que el tiempo supo poner en su lugar. Una película de ciencia ficción no apta para todos los públicos, ya que no hay grandes escenas de acción, ni grandes persecuciones típicas del género.
Por @malvadoZaroff