Por ti señor, por ti.
El 99 fue un gran año para la acción. Las hermanas Washowski plantaron parte de las bases del género de actual en la superproducción Matrix, en la que los efectos tradicionales se mezclaron con el CGI más avanzado para dar como resultado una de las mejores películas de acción de la historia, convirtiéndose en poco tiempo en una película de culto. A veces, surgen pequeñas joyas que fracasan en taquilla, que tienen un metascore bajísimo, pero con una nota media de notable por parte del público, que son verdaderamente quienes valoran un film. Este es el caso de Los elegidos.
Escrita y dirigida por Troy Duffy, y protagonizada por Norman Reedus (The Walking Dead), y Sean Patrick Flanery (Las aventuras del joven Indiana Jones), que interpretan a los hermanos irlandeses MacManus. Bendecidos por Dios, se encargarán de castigar al culpable y proteger al inocente al más puro estilo Charles Bronson, con la diferencia de estar rodada con una estética y clase magistral. Las escenas de acción filmadas a modo de flashback, junto a la magnífica interpretación de Willem Dafoe, que da vida al inspector del FBI Paul Smecker son lo mejor de la cinta. Dafoe se introduce literalmente en las escenas de los crímenes viviéndolas casi en primera persona para explicarnos todo lo sucedido con una maestría absoluta. Como papeles secundarios destacan, Rocco (David Della Rocco), el típico mafioso simpático, y Duce (Billy Connolly), de breve aparición, pero con un carisma y misterio sin parangón.
The Boondock Saints, que fue rodada con 6 millones de euros, es un claro ejemplo de que con poco se consigue mucho. Fracaso en taquilla que consiguió recaudar casi 10 veces más en el mercado doméstico dieron lugar a una segunda parte diez años después de menor calidad pero igualmente buena y divertida, rescatando personajes de su primera parte. Estamos ante una de las mejores obras del cine de vigilantes, vengadores nocturnos y justicieros de la ciudad.
Por @javi_cine