Un calvo con perilla, un modelo de anuncio y un jarrón lleno de cocaína.
El francés Luc Besson es un director conocido por filmes como Nikita, León, el profesional y sobretodo por El quinto elemento. Pero es que el autor de Lucy, también es famoso por ser productor de montones de cintas de acción como Taxi o Venganza (Taken). Esta última fue la rampa de lanzamiento de Liam Neeson como héroe de acción y además de ser el segundo trabajo en la dirección de Pierre Morel (Distrito 13).
Para Morel, su tercera película, Desde París con amor contó de nuevo con el apadrinamiento de Besson (además de escribir el argumento, seguramente no ocuparia más de una servilleta). En el reparto estaba un John Travolta pasado de peso, donde lucia una calva (de verdad) y perilla, interpretando a un macarra agente de la CIA que tiene que desmantelar un complot terrorista en la capital francesa. Para ello contaba con la ayuda de un novato dentro de la embajada americana, interpretado por Jonathan Rhys-Meyer que es todo lo contrario a él. Un tipo educado, refinado que sigue a pies juntillas los protocolos.
La película es un autentico entretenimiento de principio a fin en sus casi 90 minutos de duración. Da igual las inverosimilitudes del guión (como la presentación del protagonista), y como va la acción de un lugar a otro de París, simplemente con ver a la pareja metido en peleas, tiroteos y persecuciones. En ese aspecto nos encontramos con una buddy movie en toda regla, a la que más de uno le recordará más a Training Day que a Arma Letal.
En líneas generales es una cinta ligera y de fácil consumo, con algún momento llamativo, donde Travolta está en su salsa (hasta tiene un momento donde se permite cantar y todo). Ideal para pasar una tarde divertida.
Por @ged_joe