Artes marciales made in spain.
Antonio y su novia son agredidos por un par de atracadores. La policía les informa que es muy difícil dar con los responsables. Entonces los amigos de Antonio, aficionados a las artes marciales, deciden formar un grupo para capturarlos por su cuenta. Este es el argumento de Veredicto implacable.
El cine español nunca ha destacado (salvo en contadas ocasiones) con títulos de acción potables. Si ya nos ponemos a buscar algo relacionado con las artes marciales nos encontramos con todo un desierto, el único oasis es el mencionado Veredicto implacable, que para sorpresa de todos, se trata de una cinta de Don Mariano Ozores, el siempre recordado director de las películas de Pajares y Esteso.
En 1987, Ozores probó fortuna, por supuesto, con poca pasta. El resultado es, cuanto menos, curioso gracias a esos «actores» doblados, esas coreografías algo torpes (esto no es John Wick), esa música de sintetizador, o la participación de veteranos como Manolo Zarzo o el gran Jesús Puente que le daba el punto de qualité.
Veredicto implacable queda como una rareza dentro de la filmografía de su director (al que podría haber incluido algo de humor) y dentro del cine de artes marciales.
Por @ged_joe